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La relación del Omega 3 y el cerebro

By adminomega / martes, septiembre 21st, 2021 / Prevención

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Los beneficios positivos de los ácidos grasos omega-3 en nuestro sistema cardiovascular son bien conocidos y cada día salen más estudios comprobando que es esencial para la salud de el cerebro.

Algunas formas en que los ácidos grasos omega-3 ayudan a nuestro cerebro y sistema nervioso incluyen:

 Conserva la salud de la membrana celular

 Facilita la comunicación entre neuronas

 Ayuda en la síntesis y función de neurotransmisores

 Mejora el flujo sanguíneo cerebral

 Auxiliar en el crecimiento del tejido cerebral

 Apoya la cognición, incluida la memoria

Debido a que los humanos carecen de las enzimas necesarias para crear omega-3, la única forma en que podemos obtener estos ácidos grasos para optimizar la salud de nuestro cerebro es a través de nuestra dieta.

El DHA es el ácido graso más abundante en el cerebro y es especialmente importante en la estructura y función de las células nerviosas. El EPA juega un papel importante en la regulación de la inflamación celular, ambos determinan qué tan bien se desarrolla el cerebro, su funcionamiento y qué tan bien se conserva este a medida que envejece.

Hay tres tipos de omega-3: ALA, EPA y DHA. El DHA y EPA juegan un papel clave en la estructura, comunicación y protección del cerebro. Son esenciales para el desarrollo adecuado del cerebro en fetos, bebés y niños pequeños, y afectan la función cerebral durante la adolescencia y la edad adulta. También protegen contra el deterioro cognitivo y la demencia más adelante en la vida.

Un desequilibrio de omega-3 puede conducir no solo a un deterioro del rendimiento cerebral sino también a enfermedades, los ácidos grasos previenen y mejoran varias afecciones neurológicas, incluida la depresión, el TDAH, la enfermedad de Alzheimer y la demencia.

A medida que envejecemos, nuestro cerebro pasa por muchos cambios físicos y biológicos, incluida la reducción de volumen, la pérdida de plasticidad y la disminución de los niveles de omega-3, lo que podría contribuir a un exceso del deterioro cognitivo.